Título: Su cereza
Título original: His Cherry
Serie: Objetos de atracción 01
Traducción: Ana Isabel Domínguez Palomo y María de Mar Rodríguez Barrena
Género: Romántica erótica
Editorial: Roca Editorial
Sello: Terciopelo
Fecha de publicación: 16-05-2019
ISBN: 978-8494718564
Páginas: 190
Precio papel: 14,90 €
Precio ebook: 4,99 €
Gracias a la editorial por el ejemplar. Podéis encontrar más información en su web, aquí.
Sello: Terciopelo
Fecha de publicación: 16-05-2019
ISBN: 978-8494718564
Páginas: 190
Precio papel: 14,90 €
Precio ebook: 4,99 €
Gracias a la editorial por el ejemplar. Podéis encontrar más información en su web, aquí.
Segundo volumen de la bilogía que se inició con Su banana. Penélope Bloom llega a España con sus grandes bestseller. Una nueva forma de endulzar tu postre.
¿Que cómo la conocí?
A ver, un caballero no alardea.
Menos mal que yo no soy un caballero.
En primer lugar, pagué por su cereza… (su tarta de cereza, aunque no viene a cuento).
Luego la desfloré.
¿Después? Le dejé mi tarjeta de visita y salí de allí pavoneándome.
Sí, ya ves que lo nuestro fue un flechazo.
Hailey
¿Que cómo conocí a William?
Entró en mi pastelería, compró una tarta de cereza, robó un jarrón de flores (que sigo saber para qué las quería) y me dejó su tarjeta de visita.
Antes de decirte lo que hice con la tarjeta de visita, debería dejar algo claro:
William no podía haber aparecido en peor momento.
Mi pastelería iba cuesta abajo.
El asqueroso de mi ex no me dejaba tranquila.
Ah, y era una virgen de veinticinco años, un detalle con el que mis amigos no dejaban de darme la tabarra.
Arreglar el problemilla de mi virginidad con William sería como matar moscas a martillazos. Una exageración, pero de las buenas.
William estaba tan bueno que no era normal, tan bueno que las mujeres hacían cosas que tampoco eran normales. Tan bueno que me llevó a hacer locuras. Como pensar que a la mosca no le importaría morir a manos del martillo de William y de sus duros abdominales. Y ya somos dos.
Así que lo llamé.
A lo mejor lo hice en contra del sentido común. A lo mejor estaba a punto de darme un batacazo.
Sabía que acababa de meterme en un buen lío cuando soltó una carcajada y dijo con esa voz tan ronca y sensual por teléfono:
—Todavía me tienta tu cereza. ¿Haces entregas a domicilio?
¡Hola a todos!
Me encanta cuando las editoriales se apiadan de nosotros sufridos lectores y no nos hacen esperar demasiado para poder tener en nuestras manos la siguiente entrega de una serie que nos ha gustado y nos ha divertido tanto como a mí Su banana de Penelope Bloom. Este es el caso de Su cereza, la segunda entrega de la serie Objetos de atracción que llega a nuestras manos publicado por el sello Terciopelo de Roca Editorial.
Como siempre que un libro pertenece a una serie os advierto que puede contener SPOILER de los libros anteriores, así que dejo a vuestro criterio si leerlo o no.
En esta entrega nos vamos a reencontrar con William, el gemelo de Bruce, del que pudimos tener un pequeño atisbo en Su banana.
Hayley a sus veinticinco años tiene una vida social prácticamente inexistente, toda su vida se centra en su negocio, una pastelería con la que apenas logra sobrevivir y que no está pasando uno de sus mejores momentos, las deudas se acumulan y la cosa no pinta bien, a eso hay que sumarle un exnovio un pelín acosador que no acepta que su relación haya terminado. Junto a ella, apoyándola en todo, están Ryan, su empleado y amigo y Candace, su hermana. Ambos cansados de ver como Hayley se encierra entre tartas y pasteles, no hacen más que animarla y pincharla para que salga de su zona de confort y se anime de una vez por todas a perder de su virginidad con el primer hombre que entre a la tienda y compre una tarta de cereza.
Ese será William Chamberson. Cuando William entra en la pastelería de Hayley a comprar un bagel no podía esperar que la repostera que lo mira boquiabierta desde el otro lado del mostrador podría ser su próximo desafío, así que no duda en llevarse unas flores y dejarle su tarjeta para que sea ella la que dé el siguiente paso si está interesada.
William es el director ejecutivo de Galleon Entreprise. Es un hombre atractivo, irreverente, un poco gamberro, muy seguro de sí mismo y un poquito cleptómano que nos dará momentos muy divertidos.
Hayley a sus veinticinco años tiene una vida social prácticamente inexistente, toda su vida se centra en su negocio, una pastelería con la que apenas logra sobrevivir y que no está pasando uno de sus mejores momentos, las deudas se acumulan y la cosa no pinta bien, a eso hay que sumarle un exnovio un pelín acosador que no acepta que su relación haya terminado. Junto a ella, apoyándola en todo, están Ryan, su empleado y amigo y Candace, su hermana. Ambos cansados de ver como Hayley se encierra entre tartas y pasteles, no hacen más que animarla y pincharla para que salga de su zona de confort y se anime de una vez por todas a perder de su virginidad con el primer hombre que entre a la tienda y compre una tarta de cereza.
«Ese tío sabía que yo era virgen. Estaba claro que lo sabía. A lo mejor había un club secreto de tíos buenos que se pasaban los nombres de las vírgenes locales. O a lo mejor lo había adivinado solo con mirarme, porque era así de evidente.»
Ese será William Chamberson. Cuando William entra en la pastelería de Hayley a comprar un bagel no podía esperar que la repostera que lo mira boquiabierta desde el otro lado del mostrador podría ser su próximo desafío, así que no duda en llevarse unas flores y dejarle su tarjeta para que sea ella la que dé el siguiente paso si está interesada.
«Cuando la conocí, me pareció un desafío. Era virgen, y eso significaba que tenía algo que yo podía quitarle. Algo que no le había entregado a nadie en todo ese tiempo. El cleptómano que llevaba en mi interior se sintió atraído.»
«Era el tipo de mujer que me atraía. Había visto reflejada su lucha interna en la cara tan clara como la luz del día. Le gustó lo que veía, pero era lo bastante lista como para darse cuenta de que yo era un gilipollas. En otras palabras, esa mujer suponía un desafío. ¿Dónde tenía que firmar?»
William es el director ejecutivo de Galleon Entreprise. Es un hombre atractivo, irreverente, un poco gamberro, muy seguro de sí mismo y un poquito cleptómano que nos dará momentos muy divertidos.
«Sí, tenía un problemilla con la cleptomanía. No, no pensaba cambiar. Ese era el diagnóstico médico si nos ponemos puntillosos. Me gustaba robar cosas. Todo empezó cuando Bruce y yo crecimos en la pobreza, unas circunstancias que lo justificaban. Al final, comprendí que robaba cosas porque me gustaba hacerlo, no porque necesitáramos el dinero. Siempre me había visto obligado a buscar sitios donde guardar mis tesoros, y el salón de trofeos era el epítome de todo mi trabajo. Allí era donde guardaba las mejores piezas.»
Es la antítesis de su hermano, al que le encanta sacar de quicio cada vez que tiene la oportunidad, donde Bruce es todo orden y control, William es desorden y caos.
Vuelven a aparecer en escena los padres de los gemelos, demostrándonos que bastante bien han salido ambos a pesar de quienes son sus progenitores, unos padres egoístas capaces de cualquier cosa con tal de conseguir lo que quieren, normalmente dinero, y que saben bien como aprovecharse del buen corazón de nuestro protagonista.
Como secundarios aparte de Bruce y Natasha, están Ryan y Candace, a la que ya conocimos en el primer libro como compañera de trabajo y amiga de Natasha, aunque sus apariciones son mínimas, pero a quien destacaría es el personaje de la abuela, una mujer de armas tomar y muy moderna que intenta convencer a su nieta de que viva la vida de una vez por todas.
El libro tiene ciento noventa páginas divididas en quince capítulos más epílogo. La narración es en primera persona por William y Hayley y sigue, al igual que en la anterior entrega, llena de diálogos con doble sentido llenos de humor y diversión. Sigue el mismo estilo divertido y desenfadado que la anterior entrega.
«—¿Por qué tengo que ser Swayze? Quiero ser Demi Moore.
—Nos turnaremos. Al fin y al cabo, un Chamberson siempre paga sus deudas.
—¿Los Chamberson también tiran por las ventanas a los niños pequeños y se acuestan con sus hermanas?
—Depende de si el niño pequeño en cuestión se lo merecía, y solo tengo un hermano. Así que no, mi parecido con Jamie Lannister, de Juego de tronos, termina en lo de la deuda.
—Qué pena. La lucha a espada me pone muchísimo.
—Siempre puedo aprender.»
Penelope Bloom nos trae una historia de ritmo ágil y sencilla con personajes adorables y con personalidad propia, sus personajes me han atrapado, me han mantenido en tensión con su tira y afloja. A pesar de que en principio pueda parecer una novela erótica no lo es, el romance se va cociendo a fuego lento entre ambos y si no recuerdo mal, solo hay una escena de sexo casi al final del libro, por lo que no vais a tener exceso de escenas de cama aunque sí mucha tensión sexual contenida y romance.
«No me consideraba una experta, pero reconocía la divinidad cuando la tocaba. Su culo era la imagen perfecta a la que todos los culos aspiraban. Era un Ferrari al lado de los Toyota Corolla de la mayoría de los hombres.»
En definitiva Su cereza sigue la estela de Su banana, una historia divertida y desenfadada con la que pasar un buen rato. Espero que la editorial se anime y siga publicando el resto de la serie.
Podéis disfrutar de los primeros capítulos pinchando en VISTA PREVIA:
No he leído el anterior ni nada de la autora, pero puede ser una lectura desenfadada para el verano.
ResponderEliminarBesos
Hola!Curiosos y simpáticos libros!!!
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el segundo libro (más que el primero), muy divertido, como lectura "light" está muy bien. Por ahí vi una sinopsis que lo pone como bilogía, así que me temo que la editorial nos deje a medias; espero equivocarme y que publiquen el resto.
Un beso!